sábado, 1 de diciembre de 2012

Capítulo 11




Narras tú. 

Empezaba a enfadarme. Quería a Justin por encima de todo, pero lo que estaba planeando no me gustaba. Tenía el móvil en manos, y mi estrés iba en aumento. Pensé en llamarle y pedirle explicaciones, pero él lo hizo antes:

-Justin – le espeté, rápidamente – dime que está pasando.

Escuché su risa, entrecortada por culpa de la cobertura

-“Tranquilízate – contestó – ya te dije que sería un día repleto de sorpresas”

-Pues no me gustan, estas sorpresas.

-“Escúchame – hizo una pausas - Relájate ¿vale? Estas en la gasolinera de Venice Beah, cerca de la playa. A tu izquierda todo recto, veras que hay un cartel azul donde se puede leer “Beach” Hay dos caminos, te he dejado un indicio para que elijas el correcto. Si lo haces todo bien, me encontraras”

Colgó. Me colgó sin más. No me dejo responderle. Cuando le viera, le dejaría claro varias cosas.

Me dirigí hacia donde me explico él, hasta que vi el cartel. Tenía razón, había dos caminos. Pero no veía ningún indicio por ninguna parte. Busque con la mirada algo que me llamara la atención, cuando vi una piedra con una cruz pintada en azul, en mitad del camino. Tenia una nota enganchada, que saltaba a la vista:

“VEO QUE SABES SEGUIR INSTRUCCIONES”

Me reí, y me adentre en el camino. Empezaba a anochecer y tenía un poco de frio. Corrí hacia delante, para no perder más tiempo.

Entonces me pare. Había una reja delante de mí, cerrada con un candado que me impedía el paso. Tenía enganchado el cartel de “Privado”
Justin se había equivocado si no, no entendía porque me había dicho de seguir ese camino.

Saque mi teléfono, y ilumine el cartel. Vi que detrás tenía una nota enganchada.

Malditas notas; pensé.

Arranque el papel, y lo ilumine para poder leerlo:

“NO. NO ME HE EQUIVOCADO, ESTE ES EL CAMINO CORRECTO. SE QUE ERES
LISTA Y SABRAS ENTRAR”

¿Lista? ¿Yo? Justin me acababa de confirmar que no me conocía muy bien. Guardé la nota, al igual como hice con la otra y pensé en como entrar.

Pensé en saltar, pero la parte de arriba era muy puntiaguda y me podría llegar a hacer daño. Entonces, recordé la llave que me había dado Justin. La busque dentro de mi bolso, y me acerque al candado. La metí dentro y abrí. Empecé a bailar mentalmente: lo había conseguido.

Entre, y vi que en el suelo había un papel escrito. Lo cogí, y pude ver que estaba escrito:

“GUAPA Y LISTA. ME ENCANTA”

No pude evitar soltar una pequeña risa. Justin se había tomado muchas molestias en preparar todo esto, y yo aun no sabía el “porque”

Cerré la reja detrás de mí, y continúe hacia delante. Podía como las olas del mar, chocaban contra las rocas. Estaba cerca de la playa. En concreto, una playa privada.

Note que empezaba a pisar arena de la playa, cuando mi sorpresa fue máxima. Un camino hecho de velas, indicaba ir hacia el muelle. Era increíble. Ande despacio, hasta llegar al muelle donde las velas me iluminaban perfectamente donde tenía que pisar. Al final de todo, vi que había una mesa perfectamente preparada, con la cena para dos personas. No me podía creer lo que estaba pasando. Aun así, no veía a Justin por ninguna parte. Observe a mí alrededor, contemplando ese camino de velas. Era una imagen preciosa, que me dejo sin palabras.
Decidí buscar a Justin. Volví hacia atrás, en busca de algo que me llevara hacia él.

Entonces, escuche una melodía tocada por una guitarra, y seguidamente alguien que cantaba encima:

“My prized possession, one and only.
I adore you, girl I want you.
The one i can live whitout is you , is you.
You're my precious little lady…”

Corrí hacia donde salía la música en su busca, era él. Era su voz. Estaba segura. Y entonces le vi… No de de donde salió, pero lo tenía enfrente mío. Con guitarra en manos y una sonrisa enorme en su perfecta cara:

“The one that makes me crazy
Of all the girls i've ever known its you, its you
my favorite, my favorite, my favorite girl”

Estaba viviendo uno de los mejores momentos de mi vida, sin duda alguna. Todo parecía sacado de una película, y no pude evitar emocionarme.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, parecía estúpida. Corrí hacia él, y le abrace. Haciendo que así los dos, cayéramos en la arena de la playa.

-Te odio – dije, con dificultad.

-Vaya, que simpática – dijo, irónico - ¿No te ha gustado?

Me acerque más a él y le bese, esperando que eso le sirviera de respuesta.

-Me parece que quiero que me odies más a menudo – dijo, riendo.

Me levante de encima suyo, y le tendí mi mano para ayudarle. Cogió la guitarra del suelo, y me agarro de la cintura a la vez que me daba un beso en la mejilla.

-Te mereces esto, y más – me susurró.

Andamos hasta donde se hallaba la mesa. Justin separo mi silla de la mesa, y hizo el gesto para que me sentara. Luego se sentó el.

-No entiendo porque te has molestado a preparar todo esto – la timidez invadía mi cuerpo, y no sabía qué hacer.

-________, ya te he dicho que mereces esto y más – me sonrió - ¿Cenamos?

Cenamos a la luz de las velas. Era todo perfecto. Aun así, la curiosidad me invadía y no pude evitar preguntar por los demás.

-¿Y Ryan y los demás? – pregunté.

-De acampada – contesto, sin alzar la vista - ¿Por?

-¿Nosotros no vamos?

Justin levanto la vista hacia mí, y me contesto lentamente:

-¿Te quieres ir?

-Oh, no no. Solo pregunto – le sonreí – prefiero estar contigo.

Me reservaba la pregunta más importante para el final.

-Justin… ¿Por qué has hecho todo esto? – pregunte, dejando los cubiertos encima el plato.

Justin hizo lo mismo, y me miro serio. Vete a saber que estaba pensando.

NARRA JUSTIN:

Había llegado la hora de decírselo. Después de tantos ensayos frente al espejo, la tenía cara a cara y tenía que hacerlo.

Nunca una chica me había llegado a imponer tanto. Normalmente, soy un tío al que la timidez no le acompaña, y mucho menos cuando hablamos de chicas. Pero ella era diferente a todas, y por eso me gustaba. Tenía la capacidad de incomodarme con tan solo una mirada, y ahora mismo lo hacía.

Le cogí su delicada mano, y la mire a los ojos.

-No sé cómo decirte esto – vi como su expresión cambio. Se estaba asustando - ________, eres alguien especial para mí. Te conozco des de hace mucho tiempo, y se que en un pasado te hice sufrir. Lo siento.

Hice una pausa para tranquilizarme y poder ver su reacción. Entonces, continúe con mis palabras:

-La única persona que hoy por hoy, puede hacerme daño eres tú _______. Cuando nos peleamos, se me cayó el mundo encima, y no supe reaccionar. No quiero perderte, porque me importas – me observaba atentamente, sin cambiar su expresión facial – Eres la única chica que consigue hacerme sonreír con solo pronunciar mi nombre. ________, te necesito en mi vida. Quizás sonara ridículo, pero no me imagino un lugar mejor que no sea con tu compañía.

Tragué saliva. Ahora llegaba la parte final de mi discurso.

-_________, me importas. No se cuanto, pero si lo suficiente para decir que te necesito.

Saqué la caja que llevaba en el bolsillo. El día que cenamos en el centro comercial, Ryan me ayudo a escoger algo para ella.

-________, te quiero – la miré – Y quiero que te oficialices como mi novia.

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