Narras tú.
Odiaba los lunes y odiaba madrugar. Y si encima lo juntabas todo, asegurabas mi muerte. Me levante de la cama con los ojos medio cerrados. Eran las 7:30 AM. Busqué a oscuras, mis zapatillas de andar por casa. Cuando las encontré, fui a la habitación de mi madre. No había nadie. Entonces escuché un ruido que venía de abajo. Baje lentamente las escaleras y allí estaba ella.
-¿Qué haces levantada ahora? – pregunté sorprendida.
-Prepararte el desayuno. – dijo, sin mirarme – Tengo que ir a trabajar a las ocho.
-Gracias… - dije, en un susurro.
Mi madre se percató de mi estado de ánimo y intento mejorarlo.
-Eh, sonríe. ¡QUE TE VAS A NUEVA YORK! – dijo, eufórica. – Te vendré a visitar, te lo prometo.
-Gracias mamá. – dije, al abrazarla – voy a preparar mis cosas.
Subí a mi cuarto. Tenía exactamente 2 horas y media para prepararme. A las 9, Lucy me pasaría a buscar para ir al aeropuerto. Me duche lo más rápido posible. En media hora. Eso era un récord para mí. Normalmente tardaba 1 hora. Cuando salí, encontré a mi madre esperándome en la puerta de mi habitación.
-Me tengo que ir. Cielo, cuídate muchísimo ¿vale? – dijo con lagrimas en los ojos – No hagas estupideces. No te relaciones con gente rara. Disfruta al máximo. ¿de acuerdo?
-Lo haré…
-Llámame cuando llegues – me interrumpió – Y si necesitas volver aquí, antes de tiempo, llámame. Hablare con Lucy.
-Mama, relájate. Serán solo 4 meses – dije, sonriendo.
-4 meses… - me abrazaba tan fuerte que no podía respirar – Pórtate bien.
Se separo de mí, y bajo las escaleras.
-¡Te echaré de menos! – grité. Y entonces, escuché como la puerta se cerró.
Me sequé el pelo y luego me pase la plancha. No solía planchármelo mucho, pero supuse que la ocasión, era la adecuada.
Elegí que ponerme, me maquillé (otra cosa que no solía hacer) y me puse unas gotas de colonia. (http://www.polyvore.com/cgi/set?id=44068385&.locale=es)
Eran las ocho y media, aun tenía tiempo para desayunar. Mientras desayunaba, decidí mirar la televisión. En esas horas, solo había informativos. Me empezaba a aburrir, cuando sonó el timbre. ¿Lucy? Me dijo que hasta las nueve no vendría. Entonces pensé en Justin. Se me dibujo una sonrisa en la cara y fui corriendo a abrir.
-Hola… - dije, con tono de decepción al ver a Lucy en la puerta - ¿Nos vamos ahora?
-Si – dijo, mirando en el interior de la casa - ¿Estas lista?
-Dame diez minutos – dije, invitándola a pasar – Ponte cómoda.
Subí al cuarto de baño y me lavé los dientes a velocidad mortal. Esperaba que Justin me viniera a ver, antes de que me fuera. Se habría quedado dormido.
Cogí mi maleta de mi habitación y eché un vistazo por última vez. A través de mi ventana, observe la de Justin. Y recordé como empezó todo. Como pasé de odiarlo a amarlo. Cerré la puerta detrás de mí y baje las escaleras. Al verme bajar, Lucy se levanto. Salimos a fuera y vi un Mercedes negro, esperando enfrente de mi casa. El chofer, me abrió la puerta y cogió mi maleta.
Cuanta elegancia; pensé.
Entre dentro y saqué mi teléfono, con la esperanza de recibir un mensaje suyo.
Durante el trayecto, Lucy me enseño antiguas campañas y me explico lo que haría, cuando llegara.
Llegamos al aeropuerto tarde, por culpa del trafico. Llegamos a las 11:00. Lucy me ayudo a facturar y se despidió de mí. Ella viajaría sola. En el avión privado.
Ya podría ir contigo, ya; pensé.
-Nos veremos allí. En tu avión, hay más chicos de tu edad, que harán la campaña. Así que tranquila. – dijo, cogiendo su maleta – Que tengas un buen viaje.
“Pasajeros del vuelo 23094 de American Airlines, con destinación a Nueva York. Embarquen por la puerta nº 16”
Ese era mi vuelo. Mire a mí alrededor, en busca de la maldita puerta. Cuando al fin la vi, me dirigí a ella, cogí mi ipod y me puse un auricular. “What dosen’t kill you make you stronger” de Kelly Clarkson, sonaba en ese momento.
Cuando iba a ponerme el otro, escuché alguien que gritaba.
-¡___________! ¡____________! – la voz era masculina, y me sonaba muy familiar. - ¡__________, espera!
Y entonces le vi, corriendo entre la multitud. Cogiéndose los pantalones para que no se le cayeran. Solté la maleta de mi mano y corrí hacia él, montando un espectáculo para los que estaban alrededor.
Fueron los segundos más largos de mi vida, hasta llegar a él y poder abrazarle.
-Me ha costado la vida llegar – dijo, jadeando - ¿no te ibas a las nueve?
Simplemente, le abracé. Andamos hasta donde había dejado tirada mi maleta, cogidos de la mano.
-Toma – dijo, dándome una bolsa de papel – No lo abras que llegues.
-No hacía falta – dije, abrazándolo – pero gracias.
“Último aviso para los pasajeros del vuelo 23094 de American Airlines, con destinación a Nueva York. Embarquen por la puerta nº 16.”
-Debes ir – me dijo, cogiéndome la mano – No me olvides.
Le besé por última vez, sin evitar dejar caer una lagrima.
-Te quiero – susurré, y me fui hacia la puerta 16.
-¡TE AMO! – Gritó, cuando estaba a punto de entrar – ¡NO LO OLVIDES _________, TE AMO!
Di mi billete y entre en el avión. Me sequé las lágrimas. No quería parecer estúpida.
“Asiento 17B”
Un chico de mi edad, estaba sentado en mi sitio.
-Disculpa – dije, sin sonar grosera – Este es mi sitio.
-Oh, perdona – se levanto – el mío es el de al lado.
-No pasa nada – sonreí.
Guarde mi maleta y me senté. Saqué el folleto que Lucy me dio, donde se detallaban las pautas que seguiría sobre la campaña, habían fotos de la residencia, etc…
-Perdona, mi grosería. – dijo el chico - ¿Eres modelo de Hollister?
-Oh, no. Voy a hacer la campaña siguiente – dije, entre risas. El chico era guapo, pero no tanto como Justin, obviamente.
- Creo que nos veremos más. – soltó una carcajada – yo también voy a hacer la campaña, para chico.
-¿En serio? – dije, sorprendida – Encantada, me llamo _______ _tuapellido_.
-Encantado _______ - me tendió la mano – me llamo Logan Lerman.
0 comentarios:
Publicar un comentario