sábado, 1 de diciembre de 2012

Capítulo 7 ~ Seguna Temporada




La alarma del teléfono me despertó a las 7:45 un poco más tarde de lo habitual. Solo tendría que aguantar un día más, y tenía casi una semana de descanso. Mientras pare la alarma, me di cuenta de que tenía un whatsapp nuevo.

Buenos días princJAJAJAJAJAJA *mierda del whatsapp*”

Me reí. Justin a veces me demostraba que era muy infantil. Le conteste con un “Buenos días anacleto” y me fui a la ducha. Al salir, me vestí (http://www.polyvore.com/dklgjsdklgsjdghdf/set?id=46337150) cogí mi bolso y teléfono, y baje a la cocina. Mi padre ya debía haber preparado el desayuno.

Mientras desayunaba, hablaba con Justin. Era increíble como las cosas habían vuelto a cambiar, después de lo que paso.

“¿Vas a salir o no? Llevo media vida aquí esperando” 

Mire por la ventana de la cocina y le vi delante de la puerta, con teléfono en manos, sentado esperándome. Me metí el último trozo de tostada en la boca, y salí corriendo.

-¿Qué haces aquí? – dije, cerrando la puerta.

-Que agradable eres siempre. ¿No te alegras de verme de buena mañana? – me sonreía de manera irresistible.

-Que me voy a alegrar. Ni que fueras…

Me cogió de la cintura, y me beso. Justin se estaba acostumbrando a esto de robarme besos.

-Bien, ¿nos vamos? – dijo, como si nada.

-Estúpido – me reí.

Mientras íbamos al instituto, a nuestro paso, le pregunté por qué había subido hasta mi casa, cuando su casa estaba tan lejos.

-No hace falta que te diga el porqué – y se limito a sonreír.

-Actúas como si nada. Tienes novia, pero sin embargo vas robándome besos a mí, y quién sabe si a otras. No te entiendo.

Después de mis palabras, se paró en seco, mirándome fijamente.

-¿Qué? – dije parando yo también.

-Blair no es mi novia, ya te lo dije. También te dije que te lo explicaría, que me dieras tiempo – suspiro – Y lo de los besos…Bueno…si insistes… no te robo más.

-Vale, mejor. – Sonreí – no quiero llegar tarde, muévete.

-Eh, ______ - me gire para mirarle.

-¿Qué? – dije, en tono de desesperación.

-¿Un abrazo como signo de nuestra amistad? – dijo, abriendo los brazos y poniendo cara de cachorro degollado.

-Vamos a llegar tarde – suspire.

-Solo un abrazo de nada, mujer. – y movió los brazos para que le abrazara.

No tuve más remedio que hacerle caso, y darle un abrazo.

Y por un instante volví a sentir lo mismo que sentí durante esos meses de verano. Me relaje tanto, que no me acordaba ni que estábamos en la calle. Justin me acariciaba el pelo, y de pronto me susurro un “te quiero”.

Deje caer el bolso en el suelo y me separe de él para mirarle la cara. Y siguiendo mis impulsos, puse mis manos alrededor de su cuello y choqué mi nariz con la de él para terminar en un tierno beso, el cual se fue haciendo cada vez más apasionado, hasta llegar a una guerra bucal.
Debía admitir que echaba de menos sus besos, mordió mi labio inferior haciéndome sonreír en sus labios. Comencé a quedarme sin aire así que me separé un poco de él.

-¿Quién roba los besos a quien ahora? – dijo, sonriendo.

-Ese no te lo he robado – le di un leve beso – pero este sí.

Cogí mi bolso del suelo, un poco avergonzada. La gente que había alrededor, miraba de manera “disimulada” mientras se reía o comentaba la escena con su compañero/a.
Mire la hora y vi que eran las 8:19.

-¡MIERDA JUSTIN VAMOS A LLEGAR TARDE! – grité mirándole. Él sin embargo, permanecía tranquilo.

-Tranquilízate, no nos pondrán retraso. Ya le diré algo a la conserje o a quien sea – y me guiño el ojo.

Me cogió de la mano y volvimos a andar hacia el instituto.

-¿No tienes miedo a que Blair te vea así conmigo? – dije al llegar a la puerta del instituto – Porque yo sí.

-Bah, no te lo voy a repetir. – y pico al timbre, mientras yo me comía la cabeza con mis pensamientos.

La conserje abrió la puerta, y Justin le explico que había tenido un problema, y que yo le había ayudado. Lo peor es que la mujer se lo creyó.
Nos dejo entrar y incorporarnos a las clases. Justamente, ese día nos tocaba juntos a primera hora.

Picamos a la puerta, y al entrar miles de susurros y comentarios en voz baja invadieron la clase.

Genial; pensé.

Me senté en mi sitio con Josh, el cual me miraba sorprendido.

-Hola – susurré.

Me dedico un simple gesto con la cabeza, y siguió con lo suyo.
Durante el resto de las horas, Josh volvió a actuar como el último día. No me miraba, ni me dirigía la palabra.

Antes de la última hora, en el cambio de clase, se lo pregunté.

-¿Qué me ha de pasar a mi? – dijo sin mirarme.

-No entiendo tu jodido comportamiento. No sé qué te he hecho para que me trates así.

-Mira, déjame en paz. Vete con tu amigo. – cogió sus libros, y hizo el amago de irse.

-¿Qué amigo? ¿Qué insinúas? – me levante - ¿Me vas a decir ya lo que te pasa? Llevas días así.

-¿QUÉ QUE ME PASA? –gritó, tirando los libros al suelo. Dejando a toda la clase en silencio – QUE ME GUSTAS, ______. Y LO SABES. PERO TE DAN IGUAL MIS SENTIMIENTOS. Eso es lo que me pasa.

Y justo allí, entro Justin.

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