sábado, 1 de diciembre de 2012

Capítulo 19




Narras tú.

Desperté a causa del molesto ruido del despertador. Era domingo. El ultimo dia que iba a pasar con compañía de mi madre, Justin, y más. Después, tendría que soportar 4 meses alejada de todos.

Bajé a desayunar. Mi madre había preparado tortitas y zumo natural.

-Buenos días – dije bostezando.

-Buenos días, cielo – dijo al verme – Ahí tienes tus tortitas. Las echaras de menos, lo sé.

-Tienes razón – reí – He quedado con María. ¿Te parece bien?

Mi madre asintió y se fue de la cocina. Termine mi desayuno y subí a mi cuarto para ordenarlo.

Cuando acabe, me vestí. Había quedado con María, en el centro comercial. Tenía que despedirme de ella. Por la tarde había quedado con Justin. Y aun tenía que hacer la maleta y muchas más cosas. Fui andando hasta el centro comercial, no estaba muy lejos. Al llegar, vi a una chica rubia sentada en frente del Starbucks. Corrí hacia ella, y me tire encima suyo, haciendo que todos los que pasaban por nuestro lado nos miraran mal.

-Estás loca – dijo, levantándose del banco.

Sonreí y entre con ella al Starbucks. Un lugar tranquilo donde poder hablar con ella, sin ser molestado por nadie. Me pedí un café mocca con caramelo, mientras ella se decidió por un Frapuccino de Vainilla. Hablamos durante horas seguidas. A veces levantábamos demasiado la voz y nos comportábamos como dos autenticas niñas pequeñas, pero nos daba igual. Lo importante era que nos divertíamos y que nos daba igual como nos miraran los demás.

Después de dos horas, me despedí de ella. Me hizo prometer que cuando volviera, la llamaría.
Es imposible negarle algo. Si lo haces, luego sufres las consecuencias.

Salí corriendo del centro comercial. Tenía que ir a casa a comer. Por la tarde, estaría con Justin.

Llegué más tarde de lo previsto con lo cual, mi madre ya no estaba. Me dejo la comida preparada en un tupper-ware. Mire el reloj mientras metía en el microondas el tupper. Llevaba mucho estrés encima y eso no era bueno. Justo cuando iba a sacar la comida del micro, sonó mi teléfono.

-¿_______? – habló una voz femenina – Soy Lucy. Llamo para recordarte que…

-Mañana a las cinco de la tarde en el aeropuerto – la interrumpí.

Escuché como se rio.

-Sintiéndolo mucho, será antes. – Dijo, aun entre risas – El avión saldrá a las 12 del mediodía. Así que a las 10, deberás estar en el aeropuerto. Siento mucho que debas enterarte ahora.

-¿A las 12? – Dije, casi en un grito – P-pe-pero, si aun no me he despedido de casi nadie.

-Y lo siento mucho – dijo seria – pero esto es así. Tal cual llegues a Nueva York, empezaras con la campaña. Te dejo, tengo que organizar las cosas.

Y colgó.

Si no tenía bastante estrés encima, esta llamada me produjo más aun.

Envié un mensaje a Justin, para que viniera a casa. Si me quedaba en casa, tendría más tiempo para organizarme.

Al escuchar el timbre, fui a abrir. Me sorprendió la rapidez con la que vino. Supuse que, el hecho de que no me iba a ver durante 4 meses, ayudo.

-Que rápido – dije, cerrando la puerta.

-A tus servicios – sonrió, mientras hacia una reverencia.

-Cállate – dije, riendo.

Justin hizo el gesto de cerrarse la boca con una cremallera y yo no pude evitar pegarle, “cariñosamente”.

-¿Me vas a ayudar? – dije, acercándome a él.

-¿En qué? – me cogió de la cintura.

-A hacer la maleta – dije, evitando reír.

Él se separo de mí y me miro de arriba abajo, con gesto de indignación.

-Ah, claro. Tu solo necesitas a Justin para que te ayude en tus tareas. Justin es persona ¿sabes? Justin necesita que le cuiden y le quieran – dijo serio - ¿Pues sabes que te dice Justin?

-¿Qué me dice Justin? – dije, riendo.

-Vale. Venga no tengo todo el día – agacho la cabeza – pero lo hago porque te quiero.

Solté una carcajada y le abracé. Este me llevo en brazos hasta mi habitación. Al llegar me dejo cuidadosamente en el suelo.

Fui al trastero en busca de mi maleta de color morado. Con la que vine des de casa de mi padre. Mientras Justin me explicaba tonterías de las suyas estirado en la cama, yo me movía por toda la habitación, guardando lo necesario para mi viaje.

Entonces sonó el timbre.

-Ya voy yo – dijo, saltando de la cama.

-Sera mi madre – dije, mirándolo.

Justin bajo rápidamente las escaleras. Escuché como se abrió la puerta y un largo silencio. Luego, volví a escuchar como alguien subía las escaleras.

Escuché como Justin carraspeó.

-Eh…. ________ - dijo incomodo – ha venido… ha venido Blair.

Y vi como Blair aparecía de detrás de Justin. Se acerco a mí y me dio un abrazo. Justin, me hacía gestos que yo no entendía. Cuando Blair se dio la vuelta, paro.

-Pensaba que estarías sola – dijo, mirando a Justin – Quería despedirme.

-¿Ya lo has hecho? Venga, adiós. – dijo Justin, apoyado en el marco de la puerta.

-Justin… - dije, mirándolo – Gracias, es un detalle que hayas venido para despedirte.

Justin puso los ojos en blanco y se fue a sentar en el ordenador.

-De nada – me sonrió -¿Estás haciendo la maleta? ¿Quieres que te ayude?

-Sí. Al final me voy a las 12. – Dije, cogiendo unos pantalones – Me vendría bien una ayuda, si.
Blair dejo el bolso y la chaqueta encima de mi cama y me ayudo a meter todo en la maleta.

Mientras Justin, miraba atentamente cada gesto que ella hacía.

Gracias a su ayuda, acabe antes.

- Toma – me dio un paquete rojo – Es un detalle, para que no me olvides.

-Muchas gracias, Blair – dije, cogiéndolo – pero no hacía falta.

-Bueno, yo me tengo que ir – cogió su chaqueta y luego el bolso – Espero que tengas un buen viaje, ya me llamarás.

Me dio dos besos y sé fue.

-Me cae mal – dijo Justin, enfurruñado.

-¿Si? ¡No me digas? – Dije irónica – Va, mira el lado positivo. Gracias a su ayuda he acabado antes. ¿Te apetece ver una peli?

Se levanto del sillón y se acerco a mi.

-Claro – entrelazo su mano con la mía mientras que, con la otra me cogió dulcemente de la cara y me besó.

-Te quiero – dije apoyando mi frente, contra la suya.

-Pero yo más – me sonrió.

Bajamos al salón, en busca de una película en condiciones. Nos decantamos por “The Last Song” Era una de mis películas favoritas y la quería ver con él. Me apoye en su pecho, mientras él iba jugando con mi pelo y me hacia cosquillas.

Le iba a echar muchísimo de menos y tenía mucho miedo, de que algo cambiara entre nosotros. Cuando acabo la película, tenia lagrimas en los ojos. Pero no era mayoritariamente culpa de la película, el hecho de que a la mañana siguiente me iba también fue ayudo. Cuando Justin me vio llorando me abrazo, mientras me susurraba “Te quiero” seguidamente.

-¿No va a cambiar nada verdad? – dije, secándome las lagrimas.

-¿Recuerdas algo? – dijo apartándome un mechón de pelo, de la cara.

Le miré extrañada.

-¿Recuerdo el que? – dije, cogiendo un pañuelo.

-“My prized possession, one and only. I adore you, girl I want you. The one i can live whitout is you ,is you. You're my precious little lady. The one that makes me crazy
Of all the girls i've ever known its you, its you. My favorite girl, my favorite girl…

Cantó la canción, de la noche en que se me declaro. Y otra vez, más lagrimas.

-Te odio, pero te quiero – dije llorando – me haces llorar expresamente.

Justin se rió y me abrazo.

-Te quiero, ________ - dijo, acariciándome la cara – Y nada ni nadie, me va a hacer cambiar de opinión.

Cogí a Justin por el mentón y me lo acerqué a mí. Nuestras narices se estaban rozando y sentía su aliento. Justin me miró a los ojos, mientras una sonrisa inocente de le esbozó en la cara. Se fue acercando más y más hacia mis labios. Hasta que, finalmente nos fundimos en un beso.

Mire el reloj y vi que ya eran las 19:00h. Se me había pasado volando el día.
-¿Te quedas a cenar? – dije, poniendo cara de suplica.

-Vale. – se rio – pero si hay verdura, yo paso.

En ese momento entro mi madre a casa.

-¿Hola? – entro al salón y al ver a Justin no pudo evitar reír. - ¡Hombre Justin! Que raro verte por aquí.

-Mamá… - suspiré – Se queda a cenar.

-Si a usted no le importa, claro – se levanto del sofá.

-No digas tonterías – dijo, mi madre – Me parece genial. Así te podre conocer aun más.

Mi madre me miro y alzo una ceja. Luego se fue riéndose, hacia su habitación.

Preparamos la cena entre los 3. En mitad de la cena, mi madre no paraba de preguntar a Justin, cosas de su vida cuotidiana. Justin siempre contestaba con una sonrisa en la cara y educadamente. Como es él, vaya. Después de una hora de cena, Justin se levantó con la intención de irse.

-Gracias por la cena – dijo, sonriendo – Me tengo que ir. Un placer verla y hablar con usted.

-Vuelve cuando quieras – contestó mi madre.

Me levanté con él y le acompañé hasta fuera.

-Bueno… - dije, cerrando la puerta detrás mío – Supongo que hasta de aquí 4 meses.

Fui hasta donde estaba él y le abracé. El último abrazo que le iba a dar. No me pude contener las lágrimas.

-________ por favor, no llores. – dijo acariciándome la espalda – No me lo hagas más difícil.

Su voz sonaba quebrada y triste.

-N-no… No puedo evitarlo – dije, entre sollozos – te echare de menos Justin.

-Créeme, yo también. Sera muy difícil para mí no poder abrazarte, ni poder cogerte la mano, ni poder besarte – susurró – será muy difícil para mí.

-Te quiero. – me separé de él para verle la cara. Vi que tenía los ojos humedecidos. – No me olvides.

-Es imposible que olvide a la chica más perfecta de este planeta – me sonrió – Vamos, _________. Enséñame esa perfecta sonrisa que tienes.

Sonreí para complacerle, mientras me secaba las lágrimas.

Aún estaba abrazada a él.

-Preciosa – dijo, antes de besarme. – Te llamaré cada día.

-Promete – dije, sin soltarme de él.

-Prometido – me sonrió – pero tú prométeme, que no te relacionaras mucho con los modeluchos esos de Hollister.

-Te lo prometo – dije, entre risas.

-Te quiero, princesa – me dio el último beso y se fue hacia su casa.

Entre en casa y subí las escaleras, con la mirada al suelo.

Mi madre, seguramente ya sabía que me iba a las 11h. Se lo habría dicho Lucy. Me puse mi pijama, hice la cama y puse el despertador a las 9h. Al ver la maleta preparada, en una esquina de la habitación no puede evitar volver a llorar.
Solo 4 meses y estaré aquí; pensé.

A la mañana siguiente, iba estar en una nueva ciudad. En la mejor ciudad del mundo para mi gusto. Nueva York es el sueño de cualquier persona humana. Y yo, tenia que aprovechar la oportunidad de poder triunfar en la gran ciudad.

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