sábado, 1 de diciembre de 2012

Capítulo 8 ~ Segunda Temporada



Sentí como me subían los colores y me empezaba a sentir agobiada. Todas las miradas se posaban en mí, esperando que hablara.

-¿Sabes? Fui un iluso al creer que tu serias diferente a las otras chicas. Veo que eres igual, que te gusta jugar con los sentimientos de los demás. – Siguió hablando Josh – Olvídate de mí, y quédate con…esta cosa. Los dos sois igual de patéticos.

Señalo a Justin con un gesto despectivo, e iba a salir de la clase, pero Justin se lo impidió.

-Discúlpate – dijo casi en un susurro.

-¿Perdón? – aparto su brazo de Justin de manera brusca, esperando que le contestara.

-¿Es que aparte de imbécil eres sordo? – Justin le miro desafiante, y Josh sonrió de manera irónica – He dicho que te disculpes.

-¿Disculparme con quien? ¿Contigo? ¿Con ella? – Empezó a reír de manera descarada – No me pienso disculpar con nadie, he dicho la verdad. Ella es una estúpida que juega con los sentimientos de los demás, y tú eres un gilipollas con el ego subido.

Al decir eso, Justin levanto el brazo y le dio un puñetazo en la cara. Josh se acarició la mejilla, y luego se limpio la sangre que le salía del labio. Sonrió de manera irónica.

-¡JUSTIN NO! – grité, y corrí hacia donde estaban, interponiéndome entre ellos.

-Vaya Bieber, ¿he herido tu ego? – Josh se estaba comportando como un imbécil, ese no era el chico con quien pase casi 3 meses y medio de clase.

-No has herido mi ego, has sus sentimientos – me señalo - ¿Y tú eras su amigo? Solo te voy a avisar, un menosprecio hacia su persona y eres hombre muerto. No voy a consentir que nadie en este planeta, menosprecie a la persona que quiero. ¿Entiendes?

Josh se sorprendió cuando Justin dijo “la persona que quiero”, incluso yo me sorprendí.

-No eres más que un bocazas – musitó, lo justo para que Justin le escuchara.

Justin hizo el amago de acercarse más para pegarle, pero yo le abracé, evitando otro puñetazo.

-Por favor, no… - le susurré con los ojos vidriosos.

Me acaricio el pelo, y me saco fuera de clase, antes de que llegara el profesor. Escuché como los que estaban en clase, empezaron a susurrar y hablar de lo ocurrido. Andamos por los pasillos en silencio. Justin me tenia cogida por la cintura, y yo estaba apoyada en su hombro, medio llorando. Iba a hablar, cuando una voz femenina, me interrumpió.

-¡JUUUUUUSTTTTTTTTTTTTTTTTIIIIIIIIIIIIIIIIIIIN! – gritó Blair, al vernos. – Ah, hola ______.

-Hola. No tengo tiempo para ti – dijo seco, sin parase a hablar con ella. – Por cierto, paso de seguir con la farsa de que eres mi novia.

Sentí como me agarraba más fuerte de la cintura, y siguió andando. No vi la expresión de Blair, y tampoco entendí lo de “farsa”

-¿f-ffarsa? – tartamudeé, apartándome un poco de él.

Abrió la puerta que daba al recreo, y me acompañó hasta la fuente. Bebí agua, bajo su atenta mirada esperando que me explicara lo de Blair.

-¿Me lo vas a explicar? – me sequé la boca con la punta de la camiseta, mirándole fijamente.

-Después…Después de que viajaras hasta Nueva York, para hacer la campaña de Hollister – carraspeó – Blair me obligó a dejarte. Me amenazó con que te destruiría tu sueño y futuro, si no rompía nuestra relación.

No podía creer lo que estaba escuchando. Deje que me siguiera explicando.

-No pude de decirle que no, y darle el gusto de arruinar tu futuro, así que acepté. – Se sentó en las gradas de la pista de baloncesto, que había cerca de nosotros – No tuve el valor de decírtelo a la cara. Deje de llamarte, y te escribí una carta, intentando que sonara lo más convincente posible. Pensé que me odiarías, y que al leerla, no me querrías volver a ver. Pero no fue así, y viniste a casa. Todo lo que te dije, fue en contra de mi voluntad. En ese momento, me estaba conteniendo las ganas de abrazarte y pedirte perdón. Pero no podía arriscarme. Pasaba las noches en vela, maldiciéndome por haberle hecho caso. Te echaba de menos. Pensé que no volverías de Nueva York, que te quedarías allí. Pero el día que te vi al entrar en clase, se me cayó en mundo encima. Mis sentimientos hacia ti, nunca desaparecieron. Tenía que hacer ver que era la pareja de Blair, para que ella mantuviera su reputación en el instituto. Cada vez que te veía, por los pasillos, por las clases, no soportaba estar alejado de ti. Y ya no pude aguantar más, hasta que te encontré ese día en el pasillo.
Me acerqué donde estaba él, y me puse de cuclillas enfrente suyo.

-No tenias que haberle hecho caso… - Justin mantenía la cabeza agachada, sin mirarme. Le cogí el mentón, y le levante la cara lentamente. – Pensaste que si Blair me arruinaba esta estancia en Estados Unidos, me arruinaría la vida. Pero te equivocaste. Lo que más me arruino, fue perderte a ti.

Justin sonrió, y me hizo levantarme, para que me sentara encima de él.

-Prométeme una cosa – dije, mirándole – Nunca más le harás caso a Blair.

-Prometido – me aparto el mechón de pelo que molestaba, y beso una de las comisuras de mis labios – Te quiero…y mucho.

Subí mis manos a sus mejillas, y le di un delicado beso.

-Te quiero más. – susurré sobre sus labios.

Volvió a besarme, esta vez con mas ganas, olvidando que nos estábamos saltando horas de clase. Mordía mis labios con delicadeza para después acariciar con la punta de su lengua mis labios. Me torturaba expresamente. Empecé a besarlo con más intensidad, hasta que una falsa tos, nos interrumpió.

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