-Se acabo. Dejar los bolígrafos encima
la mesa, y entregarme los exámenes.
El ultimo examen y por fin las
vacaciones de navidad. Había pasado la semana más dura del primer
trimestre y podía decir que tampoco me había ido tan mal.
Exceptuando algunas materias, claro.
-Como ya sabéis, este examen cuenta
para la segunda evaluación. - siguió hablando la Sra. Miller. -
Ahora os entregare el boletín de notas. Espero que el próximo
trimestre haya un poco más de voluntad por vuestra parte. Cuando
tengáis vuestro boletín, podéis iros a casa.
Espere mi turno pacientemente en mi
silla, hasta que me llamo.
-Bien, _______. Buen trabajo, aunque
podría haberte ido mejor – me sonrió – Pasa una feliz navidad.
-Igualmente – susurré.
Abrí el boletín, y revise mis notas.
Mierda – musité.
Me quedaba una asignatura suspendida
con un 4.
Mientras maldecía en mi interior, unas
manos rodearon mi cintura.
-Una suspendida.... - me gire para verle - ¿Y tu?
-Oh, ninguna – sonrío entre dientes. - Te tendré que dar clases particulares.
-Si...a saber que clases particulares me darías tu...
-Vaya, vaya señorita _______. ¿Y esa mentalidad tan sucia?
-Oye! No es mi culpa si malinterpretas mis palabras - dije golpeándole el brazo.
-Yo encantado de dártelas – dijo guiñándome un ojo, y seguidamente moviendo las cejas.
-Mira que eres tonto – me estaban subiendo los colores.
-Amas a este tonto – me beso la mejilla.
Salimos del instituto cogidos de la
mano. Hacia bastante frío así que me subí la bufanda de manera que
me tapara hasta la nariz.
-¿Ya has pedido permiso? - rompió el
silencio que había entre nosotros.
-¿Esquí? Aún no y viendo las
notas... - solté una risa nerviosa. - Creo que vais a ir vosotros
solos.
-Pero si nos vamos mañana. No me jodas
_____.
-Justin... - me pare en mitad de la
calle y le mire fijamente. Observe como se tensaba su cuerpo – Era
broma.
-¿Te he dicho alguna vez que eres
extremadamente mala conmigo?
-No – dije sonriendo ampliamente.
Pase mis brazos al rededor de su cintura y seguimos andando, riendo
por todo como dos auténticos tontos.
-Tengo ganas de ver a Maria, Ryan, y
los demás – Hacia como mil años que no les veia. Y Maria iba a mi
instituto encima.
-Yo tengo ganas de pasar una semana
contigo. - sonrió.
-¿Sabes que eres muy cursi? - empecé
a reírme.
-Vale vale, tu lo has querido. No te
quejes después cuando sea un borde contigo – dijo indignado.
Llegamos a la zona comercial de la
ciudad. Todas las tiendas estaban decoradas con el típico verde y
rojo.
Fijándome en los escaparates, vi una
de las cosas más preciosas que en mi vida había visto. Me solté
del agarre de Justin y entre a la tienda.
-Disculpe – Me dirigí a la
dependienta - ¿Cuanto cuesta?
Señalé el vestido del escaparate. La
dependienta me miro de arriba abajo y luego me sonrió.
-Nos ha llegado nuevo. Es de esta
temporada. - explicó aun sonriendo – 70, 80 euros. Y te aplicamos
un descuento de un 10%.
Le agradecí la información y salí de
la tienda. Justin estaba apoyado en la pared esperándome.
-¿Que has visto ahí que tanto valía
la pena para dejar a alguien tan perfecto como yo, esperando en la
calle, solo y pasando frio? - dijo, pasando su brazo por mis hombros.
-Nada, el vestido ese. – sonreí –
Egocéntrico.
-Guapa. - Se rió.
Después de 20 minutos, llegamos a mi
casa.
-Te paso a buscar mañana a las 9. -
dijo, dándome un beso en la mejilla.
-¿No vas a entrar? - hice un puchero.
-Se que quieres que te de las clases
particulares – me guiño el ojo – Pero tengo que hacer varias
cosas.
-Lo que sea – puse los ojos en blanco
– Nos vemos mañana.
Paso sus manos por mi cintura y acerco sus rostro al mio, acariciando mi mejilla y seguidamente, me beso lento y dulcemente.
-Eres tan sexy cuando te indignas –
dijo riendo.
-Eres tan idiota – respondí, con la
respiración entrecortada.
-Ahora, te vas a hacer tus cosas
que son mas importantes que estar con alguien tan perfecta como yo.
- seguí hablando, imitando su tono de voz. Escuché como se reía
mientras cerraba la puerta de casa.
-¿Algún día me lo vas a presentar
no? - vi como mi padre estaba apoyado en el marco de la puerta de la
cocina.
Me subieron los colores y me empezaron
a sudar las manos.
-Tranquila, que no le voy a morder –
se rio – solo quiero conocerlo. Cuando tu quieras claro.
-Claro, ya se lo diré – sonreí.
-Adolescentes – escuché que susurro
y entro a la cocina.
Subí a mi cuarto, y tire el bolso
encima de la cama. Mire el reloj, y eran las 19:30.
Cogí mi teléfono y me senté en la
silla del escritorio.
“¿Que tengo que llevar en la maleta,
feo?”
Le pregunte vía whatsapp. No tardo
mucho en responder.
“Vas a pasar una semana en los montes
nevados, con alguien tan sexy como yo. Piensa”
“No te he preguntado eso,
egocéntrico. Que tengo que llevar”
“Ropa :D”
“¿No me jodas? Que te den.”
“Yo también te quiero.”
Apagué el teléfono, riendo por lo
estúpido que era a veces.
Hice la maleta con la intención de
poder dormir más, y seguidamente me fui la ducha. Baje a cenar y
no tarde mucho en irme a dormir. Me levantaría a las 8 para poder
arreglarme.
_____
Apagué el despertador y me puse la
almohada encima la cara. Quería dormir más, pero no podía.
Entre al baño, para lavarme los
dientes y la cara, y baje a la cocina para buscar algo que desayunar.
Encontré mi desayuno hecho en una
bandeja, junto a una nota.
“Te he preparado el desayuno,
disfruta de la nieve.”
Desayune lentamente, enfrente del
reloj. A menos veinte acabe, deje los platos dentro en lavavajillas y
subí a trompicones las escaleras.
Me lave los dientes lo más rápido
posible y me arregle el pelo lo mejor que pude. Cogi mis cascos, y
mi telefono y los encima la maleta para recordar de llevarlos. Me
vestí (http://www.polyvore.com/cgi/set?id=64878251&.locale=es)
y me puse los zapatos. Guardé mis cosas en el bolso y baje la maleta
como pude por las escaleras. No pesaba mucho, pero el tamaño
dificultaba el transporte.
Mire el reloj. Las 08:57.
Listo; pensé.
Me puse la chaqueta, y esperé en la
puerta que viniera. Pasaron 10 minutos hasta que sonó el timbre.
-Llegas tarde – dije abriendo la
puerta.
-Díselo a Ryan, es su culpa. –
señalo detrás suyo. Un monovolumen de color azul con la puerta
abierta, estaba detrás suyo. Entonces fue cuando Ryan asomo su
cabeza.
-Me has echado de menos me han dicho –
gritó desde su asiento.
-Ryan cierra el pico – dije riendo.
Puse mi equipaje en el maletero, y
entre en el monovolumen con Justin.
-A mi también me has echado de menos,
¿verdad? - hablo duna voz femenina desde detras mio que solo podía
ser de María.
-Te daría un abrazo, pero no puedo –
sonreí - ¿Y Jasmine?
-Estará en el aeropuerto esperando con
Chaz y las demas.
-Y bien, ¿donde vamos a esquiar? -
pregunté acomodandome en el asiento.
Justin sonrió ampliamente.
-Canadá.
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Gracias por leer preciosidad.
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Me encanta en seriooooo :) por favor continua escribiendo :)
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